Sea cual sea su sector, el tamaño de su empresa o su función, es poco probable que su día a día empresarial no dependa, al menos en parte, de una conexión a Internet.
Si eres como la mayoría de las empresas, tienes redes separadas para conectar tus distintos departamentos: una red dedicada a la telefonía, una segunda para la conectividad de los empleados, una tercera para el WiFi de los visitantes y quizá otras para cámaras, VSE, acceso a recursos sensibles, etc.
Para cada servicio, hay que organizar un lugar de despliegue. Hay que sincronizarse con los distintos técnicos, y el servicio puede no estar disponible temporalmente, lo que aumenta el riesgo de incidentes.
Para cada servicio, hay que desplegar nuevos equipos. Habrá que comprar y producir equipos conectados, utilizando inútilmente minerales raros cuya extracción es especialmente perjudicial para el medio ambiente.
Entre 10.000 y 50.000 euros de ahorro por emplazamiento.
Los problemas asociados a las relaciones con los proveedores se han multiplicado. Procedimientos administrativos, evaluación de la calidad, negociaciones, gestión de litigios... La multiplicación de proveedores hace más complejo identificar a las personas adecuadas para asumir la responsabilidad en caso de incidente.
La complejidad de la gestión se ve agravada por la diversidad de interfaces que hay que utilizar, lo que aumenta el riesgo de una mala gestión y obliga a sus equipos a actualizar sus competencias con cada nuevo servicio.
La integración inteligente de diferentes servicios es imposible: por ejemplo, no se puede utilizar la red WiFi para VoIP. Peor aún, las frecuencias WiFi e IoT se encuentran en una situación de competencia no supervisada, generando inevitablemente interferencias y una señal degradada.
No más responsabilidades entre proveedores
Al multiplicar las infraestructuras de red, se multiplica inevitablemente el consumo de energía y aumenta innecesariamentela huella de carbono de su organización.
Con un consumo de equipos en aumento, agravado por unos costes energéticos cada vez más elevados, la factura energética de su red ya no puede considerarse anecdótica.